Por Christian González Murillo
En días pasados se decidió
impartir clases de ajedrez a los más peligroso criminales del país, esto
sucedió en el penal del Altiplano ubicado en Almoloya de Juárez, la Comisión Nacional
de Seguridad, encargada de las cárceles federales del país, decidió contratar a
la Fundación Kaspárov fundación nombrada en honor al ruso Gari Kaspárov quien
fue el campeón de ajedrez más joven de la historia y uno de los opositores al
presidente Vladimir Putin.
Es interesante observar el
desarrollo de esta dinámica, ya que de acuerdo con el diagnóstico de las
autoridades penitenciarias fue un éxito, puesto que los “incidentes” entre los
internos se redujeron durante el periodo en que el ajedrez fue el tema
principal. El ganador del torneo fue el
pederasta de Cancún, el cubano Jean Succar Kuri y cabe mencionar que los
reos fueron convocados para escuchar un discurso sobre el ajedrez, momento en
que los reflectores apuntaron a Servando Gómez Martínes, La Tuta, quien fue dirigente
de los cárteles La Familia Michoacana y
Los Caballeros Templarios, él pronunció frente a internos y directivos, “un
monólogo sobre las piezas de ajedrez” –así lo presentó-.
El discurso parecía ser una
analogía sobre los cárteles o algo similar, aquí un fragmento de lo que
mencionó: “Mis fieles Peones, avancemos sin miramiento ni contemplaciones,
mirada altiva, eliminando a diestra y siniestra a nuestro adversarios,
defendiendo a nuestro noble y poderoso Rey”. El discurso de La Tuta movió a todos y los dejó
pensando.
Cuando tuve conocimiento de lo
que sucedió en la cárcel más importante y ahora histórica del país me puse a reflexionar sobre los comentarios de
una gran cantidad de ciudadanos que mencionan que no es justo que estemos
pagando de manera directa o indirecta la vida de los internos en las diferentes
cárceles del país, será que estas acciones –como este torneo de ajedrez- sólo
se brindan a cierto “nivel de internos”, ¿algunos tienen más privilegios que
otros?
Jesús Lemus nos dejó muy claro
en su libro Los Malditos que en la
cárcel no te salvas de la discriminación, agresiones o robos, sino que por el
contrario, estos se incrementan, además de que en las cárceles la calidad de
vida está relacionada con la cartera, con el poder adquisitivo que puedas tener
para sobrevivir –para algunos- o para vivir como el Rey del ajedrez.
Es escalofriante saber que
algunos reclusorios se convierten en una pequeña ciudad autogobernada por los
mismos reos, hace un par de años la Presidenta de la organización Reinserta, Saskia Niño de Rivera
declaró, “en una prisión de Zacatecas me tocó que me abriera la puerta un Zeta
con un rifle AK47”, esto lo respaldo el Diagnostico Nacional de Supervisión
Penitenciaria de la CNDH, donde menciona que en el 70% de las cárceles más
sobrepobladas del país, existe “autogobierno”.
Pero aún no llegamos a lo peor
y más desagradable, el negocio redondo de
las cárceles.
Además del recurso asignado que
ya se conoce, un artículo publicado en BBC Mundo expresa que organizaciones civiles y académicas han señalado
que un preso puede desembolsar un promedio de 5 mil pesos al mes por vivir con
relativa calma dentro de una prisión.
En México existen más de 254
mil internos, que por obvias razones se desconoce la cantidad de dinero que
aportan pero tan sólo en 4 prisiones de la Ciudad de México –Oriente, Sur,
Norte y la Penitenciaría de Santa Martha- se registra un total de 336 mil pesos
al día, esto sólo por dormir acostados, recibir un poco de agua para beber o
para asearse, evitar golpizas y asaltos, ir al baño, rentar una mesa de plástico
para las visitas familiares, por la muda de ropa, entre otras cosas que se
podría considerar básicas para sobrevivir, a este gasto se suma costos como 20
pesos por introducir una tarjeta telefónica, 80 pesos por un alimento no
autorizado, entre 800 y mil pesos por ingresar algún televisión o aparato de
sonido en incluso entre mil 500 y 2 mil pesos por ingresar un celular.
Pero las cuotas no terminan
ahí, se sigue recolectando dinero por todos lados, el costo mensual por
contratar un guardaespaldas esta
entre 2 mil 500 y 5 mil pesos, cantidad similar a la que se cobra por no ser
trasladado a las áreas donde se encuentra la mayoría de los internos considerados
peligrosos, incluso cuando los internos reciben visitas se mantienen las
cuotas, por ejemplo en algunas cárceles del país cuesta 10 pesos que un interno
le avisen de la llegada de su visita y entre 2 y 5 pesos por cada puerta que
crucen, cabe destacar que sólo en la ciudad de México se realizan un promedio
de 3.2 millones de visitas anuales, tendríamos que sacar la cantidad a nivel
nacional y multiplicarla por el gasto promedio, para darnos una idea del dinero
que se maneja.
Lo terrible es que esta
cantidad de dinero nunca ha sido reportada y nadie sabe claramente donde se
queda o a donde se va y mucho menos para lo que se ocupa, lo que si es cierto
es que la presidenta de Reinserta
asegura que “ese dinero llega muy alto, los custodios no se lo quedan y tampoco
los directores de los penales. Llega mucho más arriba”, además, diversas
investigaciones han mencionado que estas cantidades de dinero en muchas
ocasiones las terminan pagando los familiares aun cuando esto implique vender
su casa y/o su auto, dejar de estudiar, obtener un trabajo adicional, e incluso
dejar de cuidar a los hijos por falta de tiempo.
Entonces ¿Quién permite esta
cantidad de cobros? ¿Por qué si es una cárcel la calidad de vida mejora si
tienes la posibilidad de pagar? ¿A dónde se va todo ese dinero de las cuotas?
¿Por qué si los resultados de los estudios sobre la reinstalación de los
ciudadanos después de estar en una cárcel han demostrado que este sistema no
funciona lo sigues utilizando?
Recuerden que yo soy un simple PREGUNTÓN con muchas dudas
y en la búsqueda de la respuesta se me ocurren algunas cosas que simplemente
digo, pero tú eres el que tiene la última opinión, por ello es que te invito a
respetar tu Libertad de Expresión. Hasta la próxima…
Correo Electrónico: christian.gonzalez.murillo@gmail.com
Cel. 7223806766
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